Diario de viaje (III): Lisboa - Merde à l'amour
Como he notado una apabullante subida de visitas en este blog (Google Analytics dixit) creo que voy a resolver ya -al menos en parte- esta novela a medio camino entre Danielle Steel y Barbara Woods. Más que nada para evitar infartos de corazón y eso. Hoy termino con el viaje a Lisboa y mañana os cuento en qué ha quedado todo.
Finalmente, tuvimos una noche libre: la del sábado. Había visto a Álex todo el día en la pasarela, y nos habíamos sonreído un par de veces. Vamos, lo normal. Fui con el grupo de periodistas al Barrio Alto a tomar unas copas, y para mi sorpresa, él también apareció allí. Le pedí que por favor me llevase a un banco, ya que él era el único que conocía la ciudad y esta fue nuestra sorprendente conversación:
- Please, could you take me to an ATM? I'm running out of money.
- Tés os olhos mais bonitos que eu vi a minha vida.
- Ah! Obrigado.
No sé si estará bien escrito, porque yo de portugués ni guarra. Pero os hacéis la idea. Lo mejor de todo fue mi respuesta, que me cogió totalmente desprevenido. "Ah! Gracias" no creo que sea la respuesta correcta. Estoy seguro de que no lo es.
Total, que me acompañó a tres bancos seguidos (corrijo: las calles de Lisboa no son un infierno barroco, el verdadero infierno está a la hora de sacar dinero, que suele ser lo único que echo de menos de España cuando viajo fuera, porque aquí hay bancos hasta debajo de las piedras) y cuando lo conseguí y volvimos al bar en el que estábamos me dio un beso, primero en la mejilla, y ante mi sorpresa al cuadrado, me plantó uno en los morros mientras se reía. Yo, que no pierdo el viaje, me di (¡¡¡al fin!!!) por aludido y me lancé a darle un muerdo de esos de película de Humphrey Bogart o Clark Gable. En ese momento, estaba flotando en las nubes.
A la hora o así me dijo que estaba cansado, que al día siguiente curraba (y yo tenía que ir a una exposición de arte en Sintra, la verdad) y que tenía que irse a dormir. Puse cara de seta y me dijo "¿te apetece dormir conmigo?". Ahí fue donde, ciertamente, perdí mi cabeza. Nos fuimos a mi hotel, nos tumbamos en la cama, y nos pasamos más de una hora dándonos besos, pero besos de amor. Se durmió acurrucado en mi pecho y yo no me moví en toda la noche, porque cada vez que me despertaba podía oler su pelo y tocarlo, y me sentía inmensamente feliz.
Al día siguiente, después de la exposición, fuimos a la pasarela de nuevo. Y allí ya fue como yo que sé, como si fuéramos pareja de toda la vida. Cada vez que me veía me daba un beso, o me abrazaba por detrás y me daba besos en el cuello... en fin. Yo estaba que ni me lo creía.
Aquella noche era la fiesta de clausura, en el Lux Frágil, una discoteca de Lisboa muy chula. Era todo de la barra libre y de la buena música, pero nos terminamos marchando pronto, porque el al día siguiente él tenía que entrar a trabajar a las 10. Repetimos la misma operación: durmió en mi hotel y fue fastuoso, aunque yo estaba un poco borrachín aquella noche y la verdad es que no me acuerdo muy bien de todo. Qué mala es la ginebra, más que nada porque yo siempre bebo ron, pero como no había rones spónsor, pues nada.
A la mañana siguiente se largó y yo me quedé durmiendo mi pedal. Quedamos para comer y despedirnos. Comimos juntos, nos dijimos cuatro cosas bastante tal: "no entiendo que tenga que enamorarme de una persona que vive a 1000 kilómetros de mí". "Ya, yo tampoco. Es una mierda". "No entiendo esta velocidad de enamoramiento, yo nunca he sido así, pero...". "Yo sé que es mucho pedir... ¿estás dispuesto a esperarme? Quiero trasladarme a Madrid, era mi primera idea al venir a Europa". "Pues no lo sé". Y solté aquella frase tan hortera, pero que he comprendido al 100% durante este viaje: "mi corazón me dice que te espere, pero mi razón me dice que es una puta locura, y que va a ser terrible". Como decían La Buena Vida: Lo que dicte el corazón, aunque sea pedir perdón, me parece una opinión muy distinguida...
Me quedan varias dudas: ¿Es mi enamoramiento -inusualmente rápido en mí- una pura cuestión de como no puedo tenerlo, lo quiero? ¿Contribuyó que ambos supiéramos que nos íbamos a separar en dos días a que nos idolatrásemos profundamente? Pues no sé.
Total, que nos despedimos y yo hice lo que nadie debería hacer pero todo marica hubiera hecho: plantarme las gafas de sol, ponerme a Damien Rice a todo volumen en el iPod y caminar por las calles de Lisboa hasta mi hotel, echando lagrimones como puños y sintiéndome fatal. Vaya tela.
La tarde fue de lo peor, aunque por suerte pude hablar con Sebastian, el fotógrafo neoyorkino, que estaba exactamente en el mismo punto que yo con una chica también de la organización. Me dio ánimos y yo me fui al aeropuerto entre mensajes de "te voy a echar mucho de menos" y cosas así.
El viaje de vuelta, que solo duró una hora, fue el peor de mi vida. El peor.
Y mañana, el desenlace total. ¿Os ha gustado la entrada kilométrica?
Finalmente, tuvimos una noche libre: la del sábado. Había visto a Álex todo el día en la pasarela, y nos habíamos sonreído un par de veces. Vamos, lo normal. Fui con el grupo de periodistas al Barrio Alto a tomar unas copas, y para mi sorpresa, él también apareció allí. Le pedí que por favor me llevase a un banco, ya que él era el único que conocía la ciudad y esta fue nuestra sorprendente conversación:
- Please, could you take me to an ATM? I'm running out of money.
- Tés os olhos mais bonitos que eu vi a minha vida.
- Ah! Obrigado.
No sé si estará bien escrito, porque yo de portugués ni guarra. Pero os hacéis la idea. Lo mejor de todo fue mi respuesta, que me cogió totalmente desprevenido. "Ah! Gracias" no creo que sea la respuesta correcta. Estoy seguro de que no lo es.
Total, que me acompañó a tres bancos seguidos (corrijo: las calles de Lisboa no son un infierno barroco, el verdadero infierno está a la hora de sacar dinero, que suele ser lo único que echo de menos de España cuando viajo fuera, porque aquí hay bancos hasta debajo de las piedras) y cuando lo conseguí y volvimos al bar en el que estábamos me dio un beso, primero en la mejilla, y ante mi sorpresa al cuadrado, me plantó uno en los morros mientras se reía. Yo, que no pierdo el viaje, me di (¡¡¡al fin!!!) por aludido y me lancé a darle un muerdo de esos de película de Humphrey Bogart o Clark Gable. En ese momento, estaba flotando en las nubes.
A la hora o así me dijo que estaba cansado, que al día siguiente curraba (y yo tenía que ir a una exposición de arte en Sintra, la verdad) y que tenía que irse a dormir. Puse cara de seta y me dijo "¿te apetece dormir conmigo?". Ahí fue donde, ciertamente, perdí mi cabeza. Nos fuimos a mi hotel, nos tumbamos en la cama, y nos pasamos más de una hora dándonos besos, pero besos de amor. Se durmió acurrucado en mi pecho y yo no me moví en toda la noche, porque cada vez que me despertaba podía oler su pelo y tocarlo, y me sentía inmensamente feliz.
Al día siguiente, después de la exposición, fuimos a la pasarela de nuevo. Y allí ya fue como yo que sé, como si fuéramos pareja de toda la vida. Cada vez que me veía me daba un beso, o me abrazaba por detrás y me daba besos en el cuello... en fin. Yo estaba que ni me lo creía.
Aquella noche era la fiesta de clausura, en el Lux Frágil, una discoteca de Lisboa muy chula. Era todo de la barra libre y de la buena música, pero nos terminamos marchando pronto, porque el al día siguiente él tenía que entrar a trabajar a las 10. Repetimos la misma operación: durmió en mi hotel y fue fastuoso, aunque yo estaba un poco borrachín aquella noche y la verdad es que no me acuerdo muy bien de todo. Qué mala es la ginebra, más que nada porque yo siempre bebo ron, pero como no había rones spónsor, pues nada.
A la mañana siguiente se largó y yo me quedé durmiendo mi pedal. Quedamos para comer y despedirnos. Comimos juntos, nos dijimos cuatro cosas bastante tal: "no entiendo que tenga que enamorarme de una persona que vive a 1000 kilómetros de mí". "Ya, yo tampoco. Es una mierda". "No entiendo esta velocidad de enamoramiento, yo nunca he sido así, pero...". "Yo sé que es mucho pedir... ¿estás dispuesto a esperarme? Quiero trasladarme a Madrid, era mi primera idea al venir a Europa". "Pues no lo sé". Y solté aquella frase tan hortera, pero que he comprendido al 100% durante este viaje: "mi corazón me dice que te espere, pero mi razón me dice que es una puta locura, y que va a ser terrible". Como decían La Buena Vida: Lo que dicte el corazón, aunque sea pedir perdón, me parece una opinión muy distinguida...
Me quedan varias dudas: ¿Es mi enamoramiento -inusualmente rápido en mí- una pura cuestión de como no puedo tenerlo, lo quiero? ¿Contribuyó que ambos supiéramos que nos íbamos a separar en dos días a que nos idolatrásemos profundamente? Pues no sé.
Total, que nos despedimos y yo hice lo que nadie debería hacer pero todo marica hubiera hecho: plantarme las gafas de sol, ponerme a Damien Rice a todo volumen en el iPod y caminar por las calles de Lisboa hasta mi hotel, echando lagrimones como puños y sintiéndome fatal. Vaya tela.
La tarde fue de lo peor, aunque por suerte pude hablar con Sebastian, el fotógrafo neoyorkino, que estaba exactamente en el mismo punto que yo con una chica también de la organización. Me dio ánimos y yo me fui al aeropuerto entre mensajes de "te voy a echar mucho de menos" y cosas así.
El viaje de vuelta, que solo duró una hora, fue el peor de mi vida. El peor.
Y mañana, el desenlace total. ¿Os ha gustado la entrada kilométrica?
18 comentarios:
ohhhhh, Farala!!! qué romántico!!!!
ais, qué tristeza y qué vacío más tonto me ha entrado....
:(
Nen, qué mal, ¿no? Llorando por las calles como una marica.
;)
Prueba a esperarle. Ahí se te resolverán las dudas de si fue "tonterida después de la comida" o amore del de verdad.
A veces hay que tirarse en plancha, lolo, no hay otra para salir de dudas...
Nao acredito, nao acho normal, que diríamos en Portugal.
Es tan bonita la historia... es que te imagino perfectamente por la calles adoquinadas de Lisboa escuchando: "..and so it is, just like the way it should be..." y como a Cardo, me ha entardo también un no-sé-qué interior.
Por cierto, el fin de fiesta no podía ser en otro sitio que en Lux Fragil: qué pedazo de lugar. Pena que en sus inicios fuera tan fashion y ahora se haya vuelto un pelín chochoni (en cuanto a concurrencia). La próxima vez no deje de ir a Frágil, garito originario del Lux en Barrio Alto: mucho más pequeño pero muy bien de ambiente, en todos los sentidos.
Ánimo y que tu curacao se reponga rápido de esta amarga despedida. Cómprate hoy mismo a más faltar una antología de Amalia Rodrigues y sigue contándonos.
ay, me ha encantado la entrada de hoy. Viví algo parecido, que sensación de terremoto, de que se cae el suelo a tus pies y ya no tiene sentido buscar donde agarrarte. Lo mío no duró, espero tú encuentres el camino
A mí también me ha encantado.
Realmente es una historia de amor preciosa.
Esperaremos a mañana, a ver en qué quedó todo, ¡que uno no encuentra su soulmate así como así!
Nada como enamorarse en Lisboa, no se me ocurre un sitio mejor.
CARDO: Ay, pues imagínate cómo estoy yo... La verdad es que hecho una verdadera porquería.
TORNADO: Ya sé que a veces hay que tirarse en plancha, pero hay que pensar que no vive en BCN. Ni en Bilbao o Murcia. Vive EN OTRO PAÍS!!!
ALEXIS: 'Blower's daughter' sonó, no podía faltar, pero la que descandenó todo fue 'Elephant'...:
What's the point of this song? Or even singing?
You've already gone, why am I clinging?
Well I could throw it out, and I could live without
And I could do it all for you
I could be strong
Tell me if you want me to lie
'Cause this has got to die
Todavía se me ponen los pelos de punta cuando la escucho. Lo bueno del Lux es que era una fiesta muy exclusiva, sólo con invitación, así que no vimos chonis, sólo gente fashion :P
Anyway, aquí tengo un disco de fados que me acabo de comprar, sí... Y vienen un par de Amalia Rodrigues. ¿Seguro que es lo que mejor me viene ahora? :D
ANÓNIMO: Let's pray for so.
PEDROAGUADO: Eso es lo que verdaderamente me preocupa. ¿Y si tu soulmate está de verdad a tomar por el culo?
Cupido, cupido que con tus saetas me atraviesas, de dolor y placer me llenas, y trtas el beso, y la caricia, la nada, vago recuerdo, la espera de tus brazos, tu pecho tu aliento.
Ahora solo queda esperar...
Jolín, casi se me saltan las lágrimas, de verdad, qué bonito todo.
De todas formas, esto del amor habría que revisarlo, porque puede ser tan fantástico como hijo de puta. A mí nunca me ha pasado lo de enamorarme de alguien que vive en la Cochinchina, pero sí he tenido al menos un par de no correspondidos (y, claro, uno en vez de hacer borrón y cuenta nueva, se obsesiona todavía más y se regodea en el dolor escuchando Damien Rice, o, en mi caso, Radiohead) y conocí a una persona con la que tuve la sensación de que podríamos haber tenido algo bonito y duradero tres días antes de irme a vivir a Londres. Porca miseria.
Ánimo y suerte. Besos.
ánimo Faralilla, por lo general es muy duro lo de los flechazos imposibles, pero piensa que, si tienes que enamorarte de una persona que vive en otro país, por lo menos que sea de un país que esté al lado del tuyo...
(vete el fin de semana y pásalo con él.....)
Bueno, tras leerte asiduamente (me gusta tu forma de escribir y el sentimiento que le pones) me animo a postearte.
Que decirte, me ha encantado tu historia Lisboeta, me recuerda a mis vacaciones lusas, ya que estuve por las mismas zonas por donde estuviste tu.
Sólo me atreveré a decirte que me ha parecido una historia muy romántica, digna de contar y narrar, tal y como has hecho.
Saludos desde Asturias.
PD: Soy amiguito de pedroaguado, el chico de "Mundoaguado" ^^
Es un flechazo en toda regla condimentado con la excitación de que sois de paises diferentes y que el contexto es especial.
Jo Lolo, estoy flipando...
Un poco novio instantaneo si que es .... ¿no?
Cuanto hablar del Lux ... ¡¡¡ Lisboa es mucho más que el cutre-lux !!!
que bonito y romántico, como dicen más arriba, yo m iría en plan surprise a pasar unos días a Lisboa, y lo más es si el eligiera los mismos para venir a verte a Madrid, os cruzaríais. Qué historia tan bonita!! aiiiii tan cerca y tan lejos...
Por favor, ¿serías tan amable de publicar la listita de canciones para autoflagelarse, que me han entrado muchas ganas?
¿La del título tiene algo que ver?
Jo... que romántico.
Tus dudas me han recordado a un capítulo de Ally McBeal y en general a la manera de ser de ella.. ¿Contribuyó al enamoramiento que supierais que os ibais a separar? Si...o no.
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