Lo que nos gusta un drama
Este fin de semana ha sido un poco desfase, la verdad. El viernes no pude disfrutar de las mieles del éxito en mi aventura televisiva, porque pasadas las nueve de la noche y tras mucho discutir, salimos en plan caravana de mujeres Piscu, Flars, Ann y yo en dirección a la Sierra, para pasar el fin de semana. La verdad es que era un plan genial y baratérrimo (eso al menos sobre el papel) y la verdad es que lo pasemos fenomenal. Empezamos la noche cenando fajitas para después trasladarnos a la salita a jugar al Singstar a berrido pelado. Cómo mola estar en una casa en mitad del campo completamente solo, porque así puedes berrear lo que quieras y un poquito más hasta desgañitarte sin que nadie te llame la atención. Yo descubrí que parece que estoy empezando a aprender a cantar (y entonar) y al final conseguí bastantes puntos. Flars terminó quedándose dormido de pie, como los caballos, y nosotros tres nos quedamos jugando al Trivial (y haciendo que Claudio ganase por medio de todo tipo de trampas y artimañas) y rajando en plan fiesta de pijamas hasta casi las 9 de la mañana. Nos habíamos bebido una botella entera de ron entre Claudio y yo, con lo que yo tenía un pedo considerabilísimo. Me tuve que subir hasta una bolsa del Carrefour a la habitación, por si acaso.
El sábado la resaca era monumental, y cuando me desperté en plan Bella Durmiente, Flat había hecho la comida. Era el que estaba más fresco porque había dormido como doscientas horas, así que no se podía quejar. Después de comer se les puso entre ceja y ceja bajar al pueblo. Hicimos algo de compra y fuimos a dar un pequeño paseo por el cementerio y la plaza, para terminar tomando unas cañas en un bar de esos que están recubiertos por una capa de grasa de espesor indefinido. Yo iba disfrazado de urbanita total (pitillos, Converses, trench y Ray-Ban Aviator) y claro, estos se reían de mí. Tenía una pinta intermedia entre una marica moderna de lo peor y un gilipollas de esos que sube a la Sierra una vez al año y dice que le encanta el campo. Reconozco que igual soy un poco lo primero, pero lo segundo no. De hecho, no sé cómo se me convence para ir al campo si -en general- lo odio a muerte. Volvimos para casa y recibimos a La Lesbiana, que llegó para cenar. Ya habíamos preparado una batería de preguntas interesantísimas para lesbianas que todo hombre marica debe saber, así que, después de comer un montón de crêpes como cena, salimos al jardín a helarnos de frío con las copas y estuvimos hablando y partiéndonos a todo volumen. Cuando se nos hubieron congelado hasta los higadillos, volvimos a entrar y estuvimos jugando al Blackbox, otro de nuestros juegos rompeamistades con los que tanto disfrutamos.
Nos fuimos a la cama sensiblemente antes, sobre todo porque estábamos derrotados y nuestros hígados necesitaban un respiro. A la mañana siguiente, la casa era un despropósito de suciedad que nos tocó limpiar a Ann y a mí mientras Claudio bajaba a por pan y el resto dormían como benditos. Hay que ver. Yo inmediatamente me cogí el coche de Ann y me fui, que ya había tenido bastante campo por un finde. En realidad, iba a comer a casa de mis padres, donde también llegó mi hermana con la beba y me dejó darle el biberón. Fue fantástico porque apenas llora ni nada y come muy bien.
De vuelta a casa, mientras Ann se tiraba a un tío en su cuarto, yo me lloraba La lista de Schindler entera. Hay que ver lo que me gusta un drama. Cuando Ann terminó fue la bomba, porque el tío resultó tener mucha tela. Hay que ver qué peligro tiene el Groar.
[Mood: Estoy hecho polvo. Menos mal que llega la Semana Santa...]
[My iPod says: Blondie - Atomic (ensayando para el Singstar)]
El sábado la resaca era monumental, y cuando me desperté en plan Bella Durmiente, Flat había hecho la comida. Era el que estaba más fresco porque había dormido como doscientas horas, así que no se podía quejar. Después de comer se les puso entre ceja y ceja bajar al pueblo. Hicimos algo de compra y fuimos a dar un pequeño paseo por el cementerio y la plaza, para terminar tomando unas cañas en un bar de esos que están recubiertos por una capa de grasa de espesor indefinido. Yo iba disfrazado de urbanita total (pitillos, Converses, trench y Ray-Ban Aviator) y claro, estos se reían de mí. Tenía una pinta intermedia entre una marica moderna de lo peor y un gilipollas de esos que sube a la Sierra una vez al año y dice que le encanta el campo. Reconozco que igual soy un poco lo primero, pero lo segundo no. De hecho, no sé cómo se me convence para ir al campo si -en general- lo odio a muerte. Volvimos para casa y recibimos a La Lesbiana, que llegó para cenar. Ya habíamos preparado una batería de preguntas interesantísimas para lesbianas que todo hombre marica debe saber, así que, después de comer un montón de crêpes como cena, salimos al jardín a helarnos de frío con las copas y estuvimos hablando y partiéndonos a todo volumen. Cuando se nos hubieron congelado hasta los higadillos, volvimos a entrar y estuvimos jugando al Blackbox, otro de nuestros juegos rompeamistades con los que tanto disfrutamos.
Nos fuimos a la cama sensiblemente antes, sobre todo porque estábamos derrotados y nuestros hígados necesitaban un respiro. A la mañana siguiente, la casa era un despropósito de suciedad que nos tocó limpiar a Ann y a mí mientras Claudio bajaba a por pan y el resto dormían como benditos. Hay que ver. Yo inmediatamente me cogí el coche de Ann y me fui, que ya había tenido bastante campo por un finde. En realidad, iba a comer a casa de mis padres, donde también llegó mi hermana con la beba y me dejó darle el biberón. Fue fantástico porque apenas llora ni nada y come muy bien.
De vuelta a casa, mientras Ann se tiraba a un tío en su cuarto, yo me lloraba La lista de Schindler entera. Hay que ver lo que me gusta un drama. Cuando Ann terminó fue la bomba, porque el tío resultó tener mucha tela. Hay que ver qué peligro tiene el Groar.
[Mood: Estoy hecho polvo. Menos mal que llega la Semana Santa...]
[My iPod says: Blondie - Atomic (ensayando para el Singstar)]
6 comentarios:
Los dramas molan, pero molan mucho más las sorpresas...
Estoy como loco por verte en plan "tío" (no hombre, sino el hermano de...).
Ah, tráete la DS...
En realidad has descubierto que la canción que mejor te va del mundo es "Winds of change" de Los Scorpions...
Estabas muy gracioso disfrazado de moderna paseando entre lápidas...
Y vale ya de reirte de mi, que por lo que escribes parece que me follo a uno distinto cada día, y así no hay manera de que encuentre marido, coñe!
La imagen de urbanita en el pueblo, es la que más odian los habitantes de esos pueblos. Luego no te mosquees si te llaman forastero.
Una botella de ron? Diosss
pues yo tuve el viernes un plan de esos de concierto y ochoymedio que pensé que igual te veía por ahí, ahora entiendo todo.
la frase "hicimos algo de compra y fuimos a dar un pequeño paseo por el cementerio y la plaza" es fantástica, y pienso decirla a la primera que tenga un hueco en una conversación.
hummm...
esto me recuerda a...
... zarajos... yum yum yummm ^^
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