lunes, mayo 28, 2007

La vuelta al cole

Qué perezón da volver al trabajo después de tres días de vacaciones, la verdad. Y más después de pasar estas vacaciones tan burocráticas que he pasado. Mi jefa, sin embargo, aprovechó para marcarse un viaje y ha vuelto encantada, claro. Yo he vuelto con una depresión de caballo, la verdad. Es que, sinceramente, no me apetecía para nada volver a trabajar, muchísimo menos con este mes perezón que tengo por delante. Últimamente estoy de un asténico primaveral que no me aguanto ni yo.

Durante estos tres días de burocracia no he tenido que discutir con ningún funcionario -todo un logro para mí, porque odio al 90% de los que ejercen esta profesión-, principalmente porque se han portado estupendamente y han sido de lo más eficaz. ¿Estará de verdad España convirtiéndose en un país normal en el que las cosas funcionan?

El viernes fue la Fiesta II Premios Enemigo - Wynona, cuya crónica está aquí, y en la que me pillé una tajada de dimensiones bastante considerables. Después nos acercamos al Ochoymedio, y vaya tela, no sé qué ha pasado ahí dentro. Me vi obligado a proteger a varias de mis amigas ante un arrimador de cebolleta profesional que además daba un asquete que te querías morir. Buf, era un ser despreciable. Incluso, por primera vez me sentí súper heterosexual cuando este indeseable se acercó a mi prima, que me puse delante de él para impedirle el paso y el tío venga a intentar desplazarme. A puntito estuve de partirle la cara de FEO que tenía. Por favoooor, que lo de arrimar cebolleta lo veo fenomenal en sitios como el Radical y eso, pero ¿en el Ochoymedio? Qué ascazo de gente.

Después me fui al baño, y me encontré con la persona de la que hablaba esta entrada, que era justo lo que necesitaba, desde luego. Estuvimos un rato hablando en la cola del baño, que estaba imposible, así que nos tuvimos que salir a mear a la calle. Algunos lo considerarán una cochinada, pero lo siento mucho. Suficiente es que pago diez euros por entrar a un sitio con tantísimo exceso de aforo que el aire se vuelve irrespirable (lo del viernes era muy fuerte), hace un calor que ni en el mismísimo núcleo terrestre y encima tiene unos baños que no pueden ni de lejos absorber la demanda que genera el público. Creo que -más que el botellón- el problema de Malasaña está en la escasez de baños que tienen algunos de sus locales, y en los baños públicos en la calle, esos que costaban dinero, que han desaparecido.

Pues eso, que bajamos al baño, hablamos un poco, hicimos un par de confesiones de borracho y ya, al final no pasó nada, que en parte, pues mira, mejor, que no me apetece seguir por ahí fastidiándole la vida a la gente de malas maneras. Al final me fui a casa, esta vez en un tiempo récord de 10 minutos, y me quedé sobadísimo hasta las 12.30 que entró Ann como un torbellino en mi cuarto diciendo que no se qué de sus hermanas que venían a comer en una hora. Rápidamente organizamos un zafarrancho de combate, pusimos a La Pepi a currar y tal y en nada de tiempo teníamos un salmorejo fastuoso y unas quiches exquisitas. La comida muy bien, una risión incalculable. Para la noche, llamé a estos, y unos vinieron después del concierto de Prin La Lá (Supervago, iko) otros directamente de su casa (Rul, Elena, Nani) y otros después del concierto de Beyoncé (Piscu, Patata). Nos reímos mucho zampándonos unas hamburguesas y luego bebiendo unas copitas, sobre todo con un negocio que quiere poner Patata que implica prostitución y... Y bueno, no sigo, que luego nos llaman frívolos y se ponen de uñas con nosotros determinados colectivos. Hay que ver, ¿eh? Más normalización de minorías, hombre, más normalización. Llegaron a tumbarse casi todos en mi cama (alrededor de 300 kilos) y la verdad es que nos reímos un montón, pero anda que no se podía haber partido y vaya disgusto...

El domingo, como buen ciudadano, fui a votar. Y total, no sé para qué si ha sido horrible todo. Por Dios, qué mal los resultados y qué descontento estoy. Al final la Botella se quedará de Alcaldesa, y los que votaron a Gallardón, se verán abocados a la revuelta urbana. Que a mí Gallardón me cae medio bien, que sí, pero que lleva de segunda a la Botella por algo, que a la gente parece que se le olvida...
[Mood: Yo lo que quiero es irme a mi casa]
[My iPod says: The Killers (Mylo Remix) - Somebody told me]

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda cara de gilipollas que tenían los 4, ahí subidos, dando saltitos... Gallardon iba de pastillas o algo... seguro.

Anónimo dijo...

Como caiga Gallardón enfermo, ahí tenemos a Miss Bottle al mando con Espe...

Anónimo dijo...

Caray, yo debo de estar muy ciego siempre en el Ocho, porque no veo arrimadores de cebolleta ni bakalas radikales. Yo estuve y me lo pasé estupendamente, e hice pis en el baño...

De las elecciones prefiero no hablar, aunque en días así me pregunto cuánta de la gente que se queja cuatro años seguidos de lo que hay mete realmente el papelito en la urna. Porque yo gente de fuera que viene a estudiar y por cuestiones de empadronamiento y/o pereza no vota ni aquí ni allá conozco decenas.

Anónimo dijo...

Psss... y fuí a votar y estuve por votar al Partido Antitaurino por la defensa de los animales. Iba con mi ex y su novia y casi nos partimos diciendo tonterías sobre el logotipo que usan... en fin, al final voté en serio, aunque la verdad es que gane quién gane apenas si se notan las diferencias. Perdón por sonar tan poco optimista.

Unknown dijo...

ejem, el baño del 8,5 se pone así no por que la gente mee. Creo quehacen otras cosas con sus naricitas y sus polvitos. Y los que nos meamos no ha modo de poder hacer nada. Un asco.

Raquel Ritz dijo...

Me uno a tu protesta con los baños. La gente que los utilice para otros fines (como dice Fanmakimaki) que vaya buscando otros lugares, por favor.
Los baños de Razz van camino de convertirse en la nueva Sagrada Familia. Cuantos meses llevan arreglándolos, ¿cinco?
Pues yo mientras, meo en la calle. Lo siento.