Auriculeando
Así que, ni corto ni perezoso, me fui a comprarme unos auriculares a los que había echado un ojo bastante tiempo atrás. Unos Sennheiser CX 300 de esos maravillosos canceladores de sonido exterior, que es lo que a mí me hace falta, no tener que escuchar conversaciones tontas (sin querer) cuando voy en el metro. Muchos pensarán que es una barbaridad gastarse un dineral en unos auriculares, pero lo cierto es que no me he dejado el panojal que cuesta un iPod para ahora comprarme unos auriculares de 5€, porque no. También vendrá otro a decirme que el iPod suena mal, que es mal y que la impedancia multiplicada por la respuesta de bajos del aparatito de Apple es una mierda así que se escucha fatal, pero me da lo mismo. Doscientas mil veces he contestado que, cuando alguien me demuestre que cualquier otro reproductor sincroniza igual de bien que el iPod con el mac, me lo compraré inmediatamente. Es entonces cuando me llaman snob por haber elegido un sistema operativo que utiliza el blablabla de la población. Pues vale majo, te importará a ti en qué coño me gasto yo el sueldo que gano con el sudor de mi frente. No te jode.
Total, que al final me compré ese modelo. Ahora miro con pena mi iPod, que ya no disfruta de unos auriculares blancos a juego con su color impoluto. Ahora los nuevos son negros y, como ya me había avisado dwalks, queda bastante mal. Queda incluso obsceno y pornográfico. Y es una pena oye, porque no les he puesto cualquier mierda de auriculares: le he puesto unos cojonudos y de marca. Y aunque los había blancos, pues sinceramente, me niego a pagar DIEZ EURACOS MÁS por una operación que puedo realizar yo en casa comprando un poco de típex en los chinos.
Sin embargo, y a diferencia de dwalks, yo no voy a recular. Lo siento pero no, y esta mañana me he convencido de ello. ¿Que por qué? Porque no os podéis ni imaginar lo exageradamente bien que suenan los nuevos. Le dan mil doscientas vueltas a los originales. Así se queda.
[Mood:
[My iPod with black earphones says: PoP! Goes my heart]